jueves, 20 de diciembre de 2012

Eres tú


Es sudor, son lágrimas, es saliva y gemidos, es un bostezo en tu hombro, un viernes por la noche, es el beso de buenas noches y el de buenos días. Son pellizcos, son cosquillas, es hacerte el amor lentamente, es hacértelo de forma salvaje, es orgía, es un brillo nuevo en la mirada, es dolor, es risa descontrolada, es hacer el ridículo, es recordar cada gesto de tu rostro, es el pequeño lunar junto a tus labios, es libertad, es vida, es una lágrima salada, es un lloro ardiente surcador de ríos en mi rostro, es mi mechón desprendiéndose y tu mano colocándolo detrás de la oreja, son celos y ese palpitar enloquecido del corazón, es un orgasmo y todos los que vendrán después, es eterno y es efímero, es todo y la cosa más nimia, es frustrante, es luz y camino, es una noche estrellada, es cada roce, cada mes, cada caricia.. Es un tú y yo movidos por este amor que no tiene límites…


El valor de la tinta


Las palabras me devolverán aquello que mi mente olvidó. Pues entre el ser y la tinta, siempre prevalece la tinta. Aun cuando el cuerpo queda reducido a polvo, mis palabras permanecerán intocables en mis cuadernos.


domingo, 2 de diciembre de 2012

La muerte es salada


Empecé a sangrar y vi brotar de mi cuerpo torrentes de maldad. La energía negativa escapaba de mí al igual que tiempo atrás todos lo habían hecho.
Muerte, eres salada como un naufragio.
Aunque cálida y deseada para algunos, te conviertes siempre en algo agonizante al percibir tu garra sacudiéndote como una marioneta cogida directamente del corazón sangrante.
Cuando mueres no lloras, no ríes, sólo esperas… volver atrás, decir adiós…
Cuando mueres no hay luz, no hay oscuridad. Sólo soledad y certeza de que no volverás a tener miedo. Cuando mueres no hay nada, por que la muerte no es hola ni es adiós. Porque la muerte es el comienzo de la nada.


miércoles, 21 de noviembre de 2012

Una primera fase


Tu mirada impregnó mi mente de aquella sustancia que algunos llaman amor.
Quiero romper las reglas a tu lado y verme feliz e ilusionada como hace tiempo que no lo estoy. Quisiera escribir tu nombre ahí donde nadie lo encontrase, en lo más hondo de mi corazón. Quiero que seas mío y quiero ser tuya… Y olvidarme de todas aquellas que te anhelan.
¿Son falsas esperanzas esto que me das? O puede que sólo sea mi pobre corazón enamorado de los sentimientos profundos. Ansioso por encontrar a quién amar.
Ardo en deseos de volver a acariciar con mi mente la fresca hierba de tus prados. 


domingo, 18 de noviembre de 2012

Mis recuerdos están mojados, mojados por las lágrimas que nunca debí derramar por tí


Entonces el corazón latió y la sangre que aportó me llenó de inseguridades y nervios. Latía más rápido de lo habitual, intentando ganarle la carrera a la mente, intentando llenar mis venas antes de que mis oscuros pensamientos, las hicieran escarcha.
Sopló el viento al otro lado de mi ventana y arrastró lejos la jovialidad que antaño me envolvía. A mi mente vino la inminente estación: el invierno. Este pensamiento me caló los huesos, petrificó mi mente e hizo llorar a mis ojos…

Vino a mí aquel día en el que descubrí que podía vivir en una eterna primavera a tu lado, aun moqueando, aun paralizada por el hielo.
Cuando no has experimentado lo que es estar a su lado no sientes este corazón gélido… pero desde que existes, aunque no dentro de mi vida, has dejado un vacío que ha de ser rellenado.
Cuando abril vino a mí fue en el momento más otoñal posible…su florecimiento y vitalidad unidos a la melancolía lluviosa. Crearon sueños, expectativas, futuro… ese mismo que ahora has dejado abandonado, ese mismo que ahora yace derruido a mis pies. Deseando ser recompuesto.

Y así rompí a llorar mientras dormía, me dejé llevar por la pesadilla que me envolvía, deseando que alguien viniese y me ayudara a reconstruir cada pedacito de alma que ahora se encuentra desmadejada por cualquier lado.  


domingo, 14 de octubre de 2012

La pradera de tus ojos


A veces si cierro los ojos, y escucho mi acompasado corazón, siento que no  estoy sola. Si respiro fuerte, llenando mi cuerpo del aura que me rodea, siento eso que muchos llamaríais amor, pero que yo sé que lleva tu nombre. Creo que las falsas esperanzas me están matando poco a poco. Rompiendo los cimientos que me hacían una chica fuerte.

Mi garganta se torna ronca algunos días, y mis ojeras son visiblemente más malvas que de costumbre, porque sé que no me mientes, pero no me cuentas aquello en lo que de verdad piensas. ¿Cuántas chicas van detrás de tus ojos verdes? ¿Cuántas sueñan cada noche que les abrazas?...

El jueves víspera del Pilar me hiciste sentir especial. Olvidamos nuestros planes de discoteca y fuimos a mi portal. No me dejaste ni pensar si te quedarías, te sentaste rápidamente en mis escaleras y me invitaste a refugiarme en tus cálidos abrazos. Me mirabas fijamente con tus ojos verdes a los míos, más del color de la selva. Y el frescor de una pradera en tu mirada es de lo poco que recuerdo.

Si cierro los ojos y respiro profundamente… aun puedo ver con claridad esa imagen y cómo tú me mirabas a mí del mismo modo. Hablamos durante horas mientras sentía que el rojo de mis labios se  cuarteaba de tanto sonreír. Parecía como si el tiempo hubiera escogido otro sistema, desafiando a la sensación que me producía tu piel sobre la mía. Descubrí cosas de ti nuevas y algo que hizo que todo cambiase. Los dos necesitábamos pasar ese tiempo cara a cara para continuar nuestra relación…

Y cada vez que siento que eres un desconocido veo en mi mente el prado de tus ojos y me olvido de todo.

                                                                                              Para mi osito.
 

miércoles, 26 de septiembre de 2012

Fresa

Me ahogo entre mi propia risa enamorada. Se calienta el peche, se embota la mente… Un suave y agradable cosquilleo. Tu nombre resonando sin cesar en mi cabeza. Escuchar tus palabras a cada momento, en toda conversación.
Y de pronto, oírme hablando con un tú invisible, creando conversaciones que pudieran acontecer. Inventando tus besos y tus palabras de afecto.
Creo que te gustaría sentir mis labios y mis abrazos pasajeros. Quiero viajar contigo y que te guste por mi emoción al despegar, y que te enamore por mi emoción al aterrizar. Y contarte el miedo que le tengo a la oscuridad y escucharte susurrar:
-Ahora yo estoy aquí para que nunca más tengas miedo.
Quiero explicarte que los “para siempre” no existen. Y que los momentos son siempre completos a tu lado.
Me gusta escribir en mi cuadernito ensoñaciones cuando aún estoy despierta, pensamientos diríase enamorados, de niña con la mente de fresa, tan esponjosa y dulce como el algodón de azúcar.
¿Y si por mi mente sólo hay tartas golosas y pasteles cremosos porque en ocasiones de mi boca sólo salen burbujas vacías, palabras avinagradas?
Creo que las chiribitas ya se acaban. El efecto de la droga no es eterno, ¿sabes? Llega un momento en el que dejas de notar los síntomas, quieres más, ávido de más experiencias. Pero también la mente olvida, madura, evoluciona hasta pedir siempre un poco más….


martes, 11 de septiembre de 2012

23A


Ando un poco abandonada, y no yo, sino mi interior, el cultivo de mi mente. Últimamente el tiempo ha pasado fugaz por mi lado, a penas digno de mención. El verano está para disfrutarlo y como parece que tan sólo escribo cuando tengo algún problema… no he tenido muchos temas que tratar.

Este verano fue más bien locura. Con muchas fiestas y siempre rodeada de amigos y amigas.

Amigas tengo pocas, pero son las mejores que nadie pudiera imaginar. Amigos en cambio, tengo más, pero están ahí porque les interesa. Los chicos son así, y las mujeres no somos tontas. Pero nos hacemos las tontas en ocasiones porque es la única forma de conquistar vuestros corazones.

Hay amigos que te cuentan mil historias, que te proponen planes, que te dan abrazos sin cosquilleo incluido, y abrazos cálidos y protectores.

Un día te das cuenta de que algo no encaja, porque él está ahí siempre, y mientras que sus amigos se pelean por chicas monas, él permanece al margen, contentándose con pasar la tarde en un banco contigo.

Entonces es cuando la mujer, siempre dibujada como la bruja, idolatrada y odiada… acusada de engatusar cual sirena, se hace la tonta. Decides por tu propio beneficio permanecer callada al respecto y dejar que el brote que tú viste se convierta en una enredadera, que une los dos cuerpos en un angosto espacio.

Creo que sí, que tengo que reconocértelo, que fui sirenita y bruja y princesa que no bajaba de su torre. Y pido perdón, porque mi beneficio causó tu locura.

Atrás quedan canciones, textos, cartas,  conversaciones y mucho sentimiento. Pero dejemos que las agujas del reloj arrastren también errores y desazones.

Sólo pido que no me odies. Que quiero que sepas, que antes de estar juntos, fui tu mejor amiga…

 

“Era una fría mañana de invierno, las estrellas todavía iluminaban con su tintineo el cielo. Ellas iluminaban tu rostro, y mis ojos tan sólo veían tus labios.

Sentí ganas de besarte pero en realidad sabía que todo sería mejor si te daba un abrazo.

Estreché tu cuerpo junto al mío, y aunque mi mente susurraba ‘lo sientos’ apagados por mi boca salió precipitado un ‘amigos para siempre’.

 

Los restos de tu locura jamás serán borrados. Nunca hubo nadie que me quisiese más que tú y eso es algo que no voy a olvidar. Pido que tú tampoco lo hagas.
 
 

viernes, 20 de julio de 2012

Inténtalo



Alma libre que vagas por la ciudad, que no dejas que instituciones te agarren…

Vuelas sobrevolando mandatos y leyes porque sabes que eso está solamente creado para aborrecer, para atarte a su pensamiento.

¡Qué no! Que cada cual tiene su mente, su religión, que cada cual obedece a sus propias órdenes.

Yo tengo en mi persona mis valores, mi alma llena de buenas vibraciones, todos los caminos y todas las pérdidas.

Que tu karma te persigue, que tu Dios te alcanza, porque no está sino dentro de ti. Dispuesto a destrozar cada uno de tus cimientos con esas normas escritas en un libro demasiado usado.

Cada árbol recoge los nutrientes de su entorno, las experiencias de su propia corteza, para crecer.

No hay organizaciones, no hay religiones, no hay instituciones, sólo personas que las manejan a su antojo para conseguir adeptos y expandirse. Que al final sólo predomina el deseo de reconocimiento.

Eres tú el único que gobierna tu vida.

domingo, 27 de mayo de 2012

Vaya, qué mierda



¿Qué ruin verdad? ¡Qué imbécil! ¡Qué ganas de matar a pesar de que odias la violencia!
Sí, que ansiedad, ¡qué ganas de llorar! ¡Qué amistades y amores que nunca se sabe a donde van!
¡Cuánta exclamación!, ¿lo notáis? ¿Te das cuenta de lo mal que está todo? Que esta entrada es sólo donde reflejar esa angustia, esa mierda que llevas dentro.
¿Estoy hablando demasiado mal? Puede. Pero no me importa porque así es todo. Una mierda. Un yoyó de vida que baja y sube y sube y baja y nunca se detiene. Me trastorna porque para cuando me habitué a estar allí arriba, con mi novio perfecto, ese que me quiere de verdad, la cuerda se alarga hasta lo inimaginable y me veo colgando de ella. Dependiendo totalmente de esa fina soga.  ¿Me ahorco? Puede.
Sí, ¿vale? SÍ. Y he dicho sí por que es la verdad, por que me dan ganas de dejar este sube y baja.
Ni soy la misma ni nunca lo seré más pero ¿acaso eso importa? Esta vez no me angustia haber cambiado. Es más, estoy justo donde debería estar. Ahí, subida a esa banqueta, mirando a la gente pasar. Sabiendo lo que ocurre en realidad. En ocasiones me siento poderosa. Sé que puedo con ellos. Con esos que intentan hacerme daño. Puedo retorcerles el cuello cuando a penas han pestañeado. Puedo mirar y decir con ese brillo enloquecido: Te lo dije. ¡Dime que sabes que te lo dije!
¿Qué locura verdad? Pensar que digo ahora todo esto y esta noche dormiré como los ángeles. Que probablemente volveré a soñar con ese hombre viejo que tanto me pone y con esas lágrimas cayendo por unas ya negras mejillas.
¿Qué fugaz verdad? Que en estos mismos momentos el yoyó este subiendo, inexorablemente y poco a poco la voz se me torne más y más calmada. Que comience a sentir de nuevo el roce la sábana, el recuerdo cercano de tu mano rebuscando bajo mi ropa. El sonido del ordenador, su calor, su peso, oh qué brillante es la luz que emana, oh qué es eso que me hace pestañear tanto…oh….Zzzzzzzzzzz.

lunes, 30 de abril de 2012

Sentire Tempus



Le diré una cosa, culto caballero, y seré breve, pues la vida es eso que pasa entre medio de un gran revuelo.
Una metáfora continuada que se abre paso ante nuestros ojos, ¿quizás un punto y aparte? Nadie sabe qué será de nuestros cuerpos, que aunque vivos ahora, para Cronos no esconden secretos. Acaso conoces tú, semejante al resto, lo que sucederá cuando por el firmamento, el Sol no vuelva a salir para tus ojos muertos.
Así pues, estrangule al tiempo, cójalo por banda y enciérrenlo entre sus cuerpos, que se unen en este beso y matan a ese segundero atosigante en un íntimo momento.

martes, 24 de abril de 2012

Tu mirada que dice: Te odio



Duele más sufrir en silencio, no tener a nadie a quien agarrarte porque todo el mundo te dejó. Buscas a tientas aquel antiguo calor, aquel sabor que inventó, y es que en mi cabeza aún persiste. Alimentado por la esperanza y por las punzadas que mi alma recibe con tan solo una mirada.
Cuanto mal pueden hacer unas palabras, aquellas palabras.
Tus canciones, que se repiten en mi mente alimentadas por un espíritu masoquista.
Cada uno de tus gestos es un paro cardíaco, es un pretexto más para volverme completamente loca.
¿Y sabes qué es lo peor? Que estás enamorado de mí y en realidad me odias. Y  yo, infantil, mimada, superficial como siempre dije no ser… no sé qué hacer.
Sin ganas de escribir, con ganas de llorar, con el Ipod en mano todo el día y unas amistades cada vez más deshechas. Tan solo camino por verte cada mañana en el sitio de al lado y me levantó y me marcho del colegio para no volver a verte, pues el dolor de cada roce, de cada pisada, de cada ínfimo movimiento…
Y aunque ya no me hables, la tristeza ha quedado instaurada en mí.

viernes, 6 de abril de 2012

Growing

Ciertamente no sé ni lo que tengo en la cabeza. Es como si hubiese dado todo de mí y ahora me encontrase vacía. Antes me esforzaba porque mis textos estuviesen cuidados y fueran líricos, últimamente esa es la menor de mis preocupaciones. Tan solo quiero olvidarme de lo que sucede a mi alrededor, sumergirme en un mundo de palabras donde el único que te juzga es tu propia crítica y donde no hay nada que te mueva a parte de tus propias ganas.
Si sabes que siempre habrá alguien mejor que tú, y en el caso de no serlo será más guapo, ¿a dónde pretendes llegar? Con esa cara de niña buena y esas pintas de rebelde sin causa. Con esas botas Dr Martens y ese peto roñoso, con esas mejillas intencionadamente rosadas y esos ojos de gata. Dónde han quedado las ganas y la motivación por ser el mejor. Arañas a la gente de tu alrededor por llegar el primero y más tarde te das cuenta de que el niño de papá que llegó el último tiene el puesto.
Puede que me haya vuelto un poco radical, puede que mi lado tierno se haya ido para no volver, que mi sonrisa imperturbable se haya esfumado como un día apareció en mi rostro, puede que nunca más sea la misma… Pero ¿y qué? Evoluciona joder, sé tu mismo ya que nunca vas a conseguir todo lo que quieras y menos con esa carita de niña buena que tanto me irrita.


domingo, 11 de marzo de 2012

Treinta


Caminaba despacio, ensimismada en mi mente. Fijándome en cada detalle: el olor del día, el rumor del viento, la intensidad del Sol… Hace un día preciso -pensaba- se merece un poco de atención. Mis pies se movían lentamente, como metamorfoseándose con el asfalto a cada rayo de luz.
Me senté en un banco, a apreciar detenidamente las motas que el Sol arrastraba, moviéndolas entre la brisa de la ciudad. Espere, espere y cuando llegó el momento me levanté y proseguí mi lento viaje.
Un hombre negro cogía a su hijo por los aires y el niño reía sin cesar. Haciendo resonar sus carcajadas por la, a estas horas, vacía calle, Observé como un chico de tez morena sonreía al ver la escena, yo también lo hice. A veces es tan fácil sentirte bien…
La vía del tren serpenteaba bajo nuestros pies, el moreno se  paró y comenzó a observar la, para mí, tan conocida estructura. No sé por qué lo hice, pero yo también me paré. Me parecía increíble que alguien como él sintiera curiosidad por una vía. Él caminaba lentamente a dos metros por delante de mí, yo acompañé mi paso al suyo, para observarle desde atrás. Empezaron a desfilar por mi mente montones de preguntas que nunca serían respondidas. ¿Cómo se llamaba? ¿A dónde iba? ¿Por qué andaba despacio? ¿Qué le hacía parecer feliz? ¿Cuántos años tendría? Algunas respuestas fueron inventadas por mi mente, otras quedaron sostenidas por unos instantes y después desaparecieron. Pero había una que quizás era capaz de responder. ¿Cuántos años tendría este chico? Era joven, su tez estaba tersa y relajada. Pero su delgadez y el curtido de su piel le daban un aspecto de unos cuantos años más del que tendría.
Seguimos caminando, me pregunté hasta dónde juntos. Llegué a las proximidades de mi casa y elegí el camino soleado. Él también fue por ahí. Entonces, cuando estaba a punto de irme para no volver a verle jamás, le miré. Y el me miró, con una sonrisa de dientes blancos preciosa.
-Disculpa – me dijo.- ¿Cuántos años tienes?
Le miré paralizada por la situación, pero mi voz resultó serena cuando dije sonriendo:
-Dieciséis, ¿por qué?
-Porque nunca había visto a ninguna persona por la calle a la que quisiera conocer. Pero eres un poco pequeña, disculpa. Ya sabes, la diferencia de edad es algo grande.
No me lo pensé dos veces cuando pregunté:
-¿Cuántos años tienes?
-¿Cuántos años me echas?
-Mmmmm…- Todas mis cavilaciones del cuarto de hora anterior vinieron a mi mente. ¿Qué es lo que había desencadenado todo esto? Me sentí tambalear por la situación.
-Eres joven, unos veinti… ¿treinta?
-Sí, justo, tengo treinta exactos.
-Oh, yo bueno, me tengo que ir. Adiós.
-Adiós. – Y me sonrió sin miedo.
No miré atrás, sentí pinchazos en los muslos y una voz en la conciencia que me decía que algún día aprendería que los desconocidos son eso, desconocidos. No vuelvas a  intentar desvelar su existencia. Y es que cada día me sorprende menos vivir estas situaciones.

lunes, 5 de marzo de 2012

Sabía que podía encontrar algo mejor que tú



Los dos sabemos que no somos nada pero que lo somos todo. Que no nos cambiamos por nadie pero que siempre podremos decirnos que no. Que juntos somos una pareja y que desde fuera parecemos desconocidos. Que somos de los pocos que nos podemos mirar con odio y por dentro pensar que nos queremos. Somos la relación con más libertad y la que más encarcela nuestros corazones. Lo somos todo juntos  pero nos sentimos nada. No existe el tiempo ni el espacio cuando acaricio tu pecho. Dos cuerpos que se unen con los besos, dos almas que se mezclan con el paso del tiempo, con las miradas llenas de significado, con los secretos inconfesables… Y es que me conozco cada pliegue de tu mano. Y es por eso, y sólo por eso que te digo ahora adiós, porque las historias más bonitas son las que tienen un final más trágico.



martes, 14 de febrero de 2012

En realidad, hoy no fue un mal día




Cuando la niebla espesa se cierne sobre tu cuerpo. Cuando los aires te atraviesan como si fueses un fantasma… Tu corazón se enfría con cada ráfaga.
Las alegrías pesan más que cualquier tristeza. Las penas ni siquiera tienen rostro, son cuerpos que se introducen en tu alma y estrangulan tu razón. Pero tampoco los pensamientos tienen cabida en este estado. Más que pena, siento vacío. Más que miradas, veo reproches. Más que la luz del Sol, veo el final del día. Más que tu rostro, veo mi fragilidad. Y en tus ojos veo mi mirada perdida.

jueves, 9 de febrero de 2012

Como cada año me pregunto: ¿Dónde estás?


Duran tus besos un suspiro y entre ellos sólo hay vacío. Un vacío que te encoge el alma, que aprisiona el pecho. Sí, así como me siento ahora, así como me dejaste tú. Tirada en la calle desangrándome. Pidiendo a voces algo a lo que sujetarme, con el corazón paralizado por el miedo, con la mente atemorizada por tener que pasar una vida sin ti.
Se me nubla la vista al pensar en nuestro futuro. Quisiera pasarlo contigo y al mismo tiempo sé que no estamos hechos para eso. ¿Pero de qué está hecha la vida sino de sueños y de deseos imposibles?
Juro que sangro por dentro aunque ría por fuera, que me conozco tu silueta desnuda aunque tuviese que reconocerla entre millares, que sé que tu mirada apasionada y tu mirada fría a veces se confunden y que no conozco otras manos nudosas como las tuyas.

domingo, 29 de enero de 2012

Otra vez


Todo se va. Desaparece llevado por el viento, a un lugar lejano, donde nada tiene sentido. Pero todo queda en realidad. Incluso la caricia del viento que se lo llevó. Y si no… ¿cómo es que cuando todo está ya dado por perdido vuelves a aparecer? No me quejo, la verdad. Me siento realizada cuando estás cerca. Aunque nada sea como lo era antes. Aunque no nos amemos, aunque no queramos que nadie nos vea. Es un pequeño secreto, algo que nos hace permanecer juntos. Una historia compartida que llevamos dentro y que nos hace sentir parte del otro.
Venía hoy andando a esa hora de la tarde cuando las calles están vacías, a pesar de que el Sol brillaba con esos rayos que son lo más bonito del invierno. Y entre la letra de la música, la soledad que me engullía y mis pensamientos atormentados vislumbré una idea. Descabellada, loca, imaginaria…
Este viernes, como cada 3 de Febrero, cumplo años. Y no quiero. No quiero hacerme mayor. Porque significa tanto para mí esta adolescencia llena de cambios…
Quisiera encontrarme entre tus brazos este viernes, que tú me consolaras, que me besases con ternura, que me hicieses sentir viva. Si pudiese pedir lo que de verdad quiero por mi cumpleaños sería pasarlo contigo. Y que tu hicieses ese día que tanto me aterra algo hermoso. Pero sabes qué? Que estamos juntos, así que puedo pedírtelo.

viernes, 6 de enero de 2012

Ascensor


Miraba hacia un lado, miraba hacia el otro… Las paredes cada vez estaban más cerca de mí. El escaso metro cuadrado se hacía más y más pequeño. Y mis nervios estaban más descontrolados.
Cerré los ojos, intentando dejar de ver ese minúsculo, y para mi desgracia, paralizado móvil. Ni hacia arriba ni hacia abajo. Las puertas cerradas a cal y canto.
La claustrofobia se iba apoderando de mi mente, luché por controlar las vueltas que me daba la cabeza. Me hice un ovillo y esperé.
Ocultando mis ojos llenos de lágrimas litas para ser derramadas. Un picor conocido me arañaba la garganta y el pecho. Mezcla de miedo, confusión, vergüenza, temor e impotencia. Sobre todo impotencia. No dejaba de chillar pero nadie me oía. En aquel ascensor no había cobertura y el botón de emergencia estaba sacado de su sitio. Nadie ahí afuera que me ayudase, nadie que me echara en falta.
Una ira que iba por encima de mi voluntad salió incontrolada. Como animal que escapa de su jaula. Grité su nombre  mientras pataleaba contra la puerta de metal. Produciendo un estridente sonido que ya había llegado a odiar. Significaba peligro, soledad, descontrol… Las lágrimas caían por mis sonrojadas mejillas y el estúpido ascensor se agitaba a mi alrededor.
De repente pensé que todo se podría complicar más si rompía con la fuerza bruta algún mecanismo. Vino a mí un atormentador recuerdo de película de terror, y vi como caía en picado al piso más bajo del edificio. Destrozándose como un tomate maduro. Agité la cabeza intentado borrarla de mi mente. Debía pensar con claridad y no sucumbir al pánico, pues debía salir de ese taciturno cubo de metal en el que llevaba ya horas  derramando  lágrimas y mostrando mi poco controlable ira. No era este el momento para mostrarme débil y miedosa. Debía salir de ahí como fuera ¿ Nadie me oía? ¿Nadie vendría? Tendría que ser yo la que por su propio camino lo hiciese.