miércoles, 17 de agosto de 2011



Ayer, en una fiesta, descubrí que todo es más bonito cuando es inesperado. Estaba tan convencida de que aquel chico mono de 17 años no me haría ni caso que yo, ni siquiera le miraba.
No fue hasta después de unos cuantos cruces de miradas cuando me di cuenta. Y en ese momento, sentí que quizás había algo.
Fue tan simple que resultó sexy. Muy sexy, atractivo. Y era mayor, mucho mayor que yo. Fue tan sencillo todo. Disfrute, porque no estaba pensando en cómo debía hacer para pasármelo bien. Resultó inesperado y eso fue lo mejor de sus besos, que no iban con segundas. Que si sucedía más, sucedía. Y si no, no pasaba nada. Sin complicaciones.
Me metí a la cama con buen sabor de boca, todo había sido perfecto. Hacía mucho que no me sentía así de niña. La verdad, ha merecido la pena eso de romper mi promesa personal de dejar los líos de una noche. Este, por primera vez en mi vida. Me ha llenado. Y ahora por fin, me siento a gusto conmigo misma.

Maldita soledad



Las gotas de sudor me resbalan por el cuerpo. No había sentido tanto calor desde hace mucho tiempo. Me siento apagada y eso que el sol es lo que más me gusta del mundo.
El verano empezó mal, empezó fatal. Me sentía desdichada, me sentía poco querida. Quería amar y no tenía a quien. Me encerré en mi misma. No quise salir a ver la luz, ni a oír las risas, ni a oler la amistad.
Aún se me oprime el corazón pensando en como me sentía. Aún un nerviosismo paranoico me recorre. Miles de preguntas me arañan el corazón. ¿Por qué no hay nadie a mi alrededor que me guste? ¿Es que soy rarita? ¿Es que tendré que permanecer así para siempre? Sola.
Soledad, ¿por qué haces amistad conmigo ahora que yo no quiero? Necesito salir de mi misma, quiero amar. ¿Me oyes?. Quiero amar. Quiero ser feliz, quiero volverme loca. Quiero sentirme libre. Sentirme rebelde, sentirme dichosa. Dulce. Celosa. Quiero sentirme yo misma. Estoy cayendo cada vez más en la oscuridad. Y yo siempre he sido tan vital. Tan optimista. ¿Te das cuenta de que importante es el amor en nuestras vidas? Como sirve de camino y de alimento. De guía y de modelo.
Y eso que, una vez que pruebas algo, ya nunca nada será igual.
Estoy harta de la gente que me dice que me relaje, que todo vendrá a su tiempo. Que cuando menos lo espere aparecerá alguien. Estoy harta que ese optimismo enfermizo. Que no es más que una sarta de mentiras. Estoy cansada de oír siempre lo mismo, no es más que una forma de engañarse a si misma. Y no me quiero engañar. Sé que lo necesito. Sé que necesito el amor en mi vida como otras personas necesitan otras cosas. No me puedo relajar. Esperaré, porque no se puede hacer otra cosa, pero con muchísima impaciencia.
Si alguna vez os ha pasado esto, si tenéis alguna idea, contármela. Estoy abierta a probar lo que sea.