miércoles, 16 de noviembre de 2011

Tempus Fugit

Desde el puerto de Cádiz, veía alejarse los cuatro navíos por el horizonte. Los resplandores del sol del amanecer teñían sus velas con purpúreos colores. El mar, siempre majestuoso por su inmensidad, ondeaba suavemente, creando en los barcos un relajante vaivén.
Me senté sobre el húmedo saliente del puerto, a admirar a aquellos amigos portentosos y danzantes que antes habían sido mi vida. Se me estaba yendo al igual que los barcos se marchaban camino del horizonte. ¿Cuándo pasó? ¿Cuándo fue el momento en el que empecé a ser un viejo? En el que dejé de ser aquel marinero de tez morena y sonrisa iluminada. Aquél que no tenía miedo a nada, que se debatía contra las olas con un admirable valor.
Nunca quise olvidarme de que la vida es un mísero y fugaz suspiro, pero apenas sin darme cuenta, se me ha pasado. Fue mi vida una vida plena y satisfactoria, pero cómo decirle ahora adiós a  todo lo vivido, a la mar y a sus atardeceres desde la arboladura. Cómo marcharme de aquí privándome de vivir más la aventura de la vida.
Fui un marinero honorable, hombre de mar que supo vivir su vida. Pero me veo como un viejo por dentro y lo transmito por fuera. Ya quisiera yo ser, como aquellos que no le temen a la vida. Aquellos que tienen el alma tal y como la tenían. Pero ya es tarde para eso, ahora sólo me queda esperar a que las olas me lleven al más profundo de los océanos.
¿Fue tu vida la aventura que algún día de joven soñaste? Si que lo fue la mía, pero no por ello quiero alejarme de este puerto y de mis barcos. Vive tu vida, encárgate de navegarla sin temores, de conducirla allá a donde el capitán quiera y no, a donde el viento te lleve. Aprovechar, jóvenes marinos, que la vida es corta, y debéis ser vosotros los que la hagáis plena.



miércoles, 9 de noviembre de 2011

Experimento


Cuando no tienes nada que decir, cuando no tienes nada que mostrar.
Cuando la lluvia te cae encima y tu ni cuenta te das.
Cuando los ojos se entrecierran porque no quieres ver más.
Las palabras ya no se oyen y las miradas van siempre vacías y al compás.
Gritas y nadie te oye, y en un intento por cambiar,
Dices algo, pero nadie se enterará.

¿Qué es lo que le sucede al alma cuando de tu cuerpo se va?
¿Qué es eso que se siente cuando un agujero en tu pecho se comienza a formar?
¿Por qué las avestruces se esconden para no ver?
Yo tampoco quiero ver el mundo mas lo tengo que hacer.
Intentas agarrarte a algo y no hay nada que coger.

¿Qué es lo que soy?
Soy yo, y con todo lo que eso conlleva.
Dime entonces que fue de mi. De aquella que estaba aquí.
Y no, como ahora, volando por ahí.
Sin rumbo, sin sensaciones, sin mirada, sin alma.

¿Qué te paso a ti?
O es que siempre fuiste así.
Qué triste me parece, la vida aunque sea con frenesí.
Quiero irme, irme de aquí. Lejos, rápido, escapar de ti.
De ti y de todos, y de aquel que me aprisiona.
De mis miedos y de mis dudas.
De mi vida y mi persona.