martes, 29 de marzo de 2011

¡Qué llega, qué llega!






Por fin ya comenzó hace unos días la primavera, menos mal. El invierno es tan mortecino y taciturno.
A mi me gusta sentir la suave brisa de verano, los rayos del Sol sobre la cara, el olor a flores inundando el ambiente… Pero ahora ya solo queda esperar. La primavera no es más que el aviso de que ya queda menos para el verano.
Además, estas dos primaveras son geniales para los amaneceres, y así ampliar mi colección de ellos. Quiero hacer la mayor colección de amaneceres jamás creada. Así cuando los lea podré acordarme, podré aspirar fuerte ese olor dulce del que antes os hablaba y así podré también sentir el universo sobre mí, como en la canción de Amaral.
Otra efecto que provoca el calor de estas estaciones es la sensación de libertad. Te sientes como una suave pelusa de árbol recorriendo los prados. ¿No os ha pasado? Es como si volases, te sientes más liviana y encantada.
Y otra, irremediable a estas alturas, es la sensación de amor que viene sobre estas fechas. Ojala esta sea la fecha en la que encuentre a esa personita especial, ojala.
Voy a dejaros con unas bonitas y delicadas flores que me recuerdan a la primavera y al verano, para ir degustando el sabor que provocan…

lunes, 21 de marzo de 2011

Al menos veo luz al final del túnel




El primero me hizo daño pero no fue tan horrible como cuando llegaste tú. Tú, sí tú.
Que me destrozaste, me chupaste la vida durante meses, me hiciste caer en un pozo tan hondo que necesité llorar amargamente todas las noches hasta que la herida sanó.
Me mataste con tus mentiras, con tu risa despreocupada, con tu Nueva York… no he sufrido por amor más en mi vida y cuando me dejaste, ahí si que ya no pude volver a ser la misma.
Yo fui para ti un suspiro, un viento pasajero, un tonto sueño del que te despiertas sin acordarte. Me hiciste sentir escoria, basura. Me trataste como a una más, y eso fue más de lo que pude soportar. Lloré cada noche hasta que tus caricias y palabras se me olvidaron.
Recuerdo que las sábanas se teñían del negro rimel de las tardes de mayo.
Y también recuerdo que, cuando llegaba la noche, volcaba la almohada una y otra vez. Por que el mero hecho de sentir las frías lágrimas sobre mi piel me recordaba a ti.
No sé cuando dejé de llorarte, supongo que una cosa como tú no se olvida nunca. A los dos meses te lloraba en brazos de otro hombre, y a los diez, te escribo esto, más para desahogar mi rabia contenida que para pensarte.

viernes, 18 de marzo de 2011

Me encanta su olor, su tacto, todo lo que provoca




De los diversos instrumentos creados por el hombre, el más asombroso es el libro; todos los demás son extensiones de su cuerpo… Sólo el libro es una extensión de la imaginación y la memoria.

jueves, 17 de marzo de 2011

Japón



Quisiera poder decirle al mundo que pare, que sin quererlo está haciendo daño.
Que está destrozando y malgastando mucha fuerza.
Que la vida de algunas personas, por su causa, está siendo destrozada sin compasión.
Quisiera decirle que ella no tiene toda la culpa, que muchos somos conscientes de que debemos ayudarla a mejorar lo que solo se destroza, pero cómo hablarle a la Madre.
Cómo decirle que cada día que pasa, un agonizante grito más se reúne con sus iguales.
Cómo explicarle que no debe revolverse más contra sus inquietudes.
Cómo contarle que a cada momento que acaba, nos damos cuenta de que se nos escapa de las manos, de que cuando parece que nuestra vida está firmemente soldada, en un abrir y cerrar de ojos el cielo ruge, la tierra tiembla, el mar se enfurece y todo se desvanece.
La Tierra es tan dueña de su propio destino, y nosotros somos tan efímeros en este mundo…

miércoles, 9 de marzo de 2011

Tan solo este instante es lo que cuenta





No hay nada correcto ni incorrecto, aquí manda el momento.
No me importa que tengas sueño, miedo, tristeza o ansia, aquí manda que estamos juntos, y que durante estos gratificantes instantes somos tú y yo. Sin tiempo, sin pensamientos, sin comeduras de cabeza o cualquiera de las múltiples posibilidades de enterrar este momento.
Tú y yo, y no quiero que asalten dudas o recelos. No habrá otro momento como este, quizá incluso este sea nuestro último beso.
Quiero que aproveches esto como si de tu último día se tratara. Como si no hubiera más frases como estas en el mundo, personas, ideas o sentimientos.
Quiero que por hoy, los dos seamos felices juntos, y únicamente perdernos el uno en el otro, pensando en el presente. No importa la próxima caricia que efectuarás, no importa el beso que viene ni el que vino hace unos instantes. Tienes toda una vida para pensar en ellos, cuando él ya no esté, cuando ya no te quede nada de esto. Pero ahora, vívelo, no te olvides de que todo es efímero y de que cada cosa tiene su lugar en el tiempo.

lunes, 7 de marzo de 2011

Contigo; Sabina





Yo no quiero un amor civilizado,
con recibos y escena del sofá;
yo no quiero que viajes al pasado
y vuelvas del mercado
con ganas de llorar.
Yo no quiero vecinas con pucheros;
yo no quiero sembrar ni compartir;
yo no quiero catorce de febrero
ni cumpleaños feliz.

Yo no quiero cargar con tus maletas;
yo no quiero que elijas mi champú;
yo no quiero mudarme de planeta,
cortarme la coleta,
brindar a tu salud.
Yo no quiero domingos por la tarde;
yo no quiero columpio en el jardín;
lo que yo quiero, corazón cobarde,
es que mueras por mí.

Y morirme contigo si te matas
y matarme contigo si te mueres
porque el amor cuando no muere mata
porque amores que matan nunca mueren.

Yo no quiero juntar para mañana,
no me pidas llegar a fin de mes;
yo no quiero comerme una manzana
dos veces por semana
sin ganas de comer.
Yo no quiero calor de invernadero;
yo no quiero besar tu cicatriz;
yo no quiero París con aguacero
ni Venecia sin ti.

No me esperes a las doce en el juzgado;
no me digas "volvamos a empezar";
yo no quiero ni libre ni ocupado,
ni carne ni pecado,
ni orgullo ni piedad.
Yo no quiero saber por qué lo hiciste;
yo no quiero contigo ni sin ti;
lo que yo quiero, muchacha de ojos tristes,
es que mueras por mí.

viernes, 4 de marzo de 2011

Diario del Amanecer 5



¡Corre pequeña, corre!
Hoy las nubes corrían movidas por un fuerte viento. El día, por su causa, se hizo dificultoso, fácilmente olvidable. Pero las nubes hoy recorrieron kilómetros y kilómetros, a una velocidad que ni los mejores coches de carreras.
La pequeña nube no dejaba de avanzar, viendo pequeños y grandes pueblos, ciudades y prados primaverales. Y además, cada vez un poco más grande, cada vez un poco más llena. Y cuando ya no pueda más, saltará al vacío, libre. Rociando con su común elixir esos prados que instantes antes veía desde arriba.
La nube, en su rápida transformación, se dejará tocar, beber y romper.
Y debajo del paisaje nublado, un todavía estrellado cielo naranja. Correr chicas correr, que yo lo que quiero ver es el firmamento. Y si no, para que la cosa sea aun más entretenida, subidme con vosotras.
Y es que yo también quiero ver lo que ellas ven y experimentan, y que me explicaran lo que yo tanto anhelo saber del cielo. Podría abarcar con una sola mirada, todo este mundo inalcanzable. Y es que es tan grande… somos hormigas. Minúsculos, y nos sentimos, ingenuos de nosotros, tan grandes…
Mi pequeña nube y yo, sentadas una encima de la otra, viendo amanecer y anochecer todas las veces que quisiéramos. Poder hacer lo que nadie nunca hizo, sentirte especial por primera vez en toda tu vida.
Y después cuando me canse, soltarme y dejarme perder en el espacio. Que mientras haya visto el mundo desde ahí, con eso me contento.