sábado, 26 de enero de 2013

Un día malo


Ampollas y rozaduras adornan mis pies y el cuerpo se me bambolea como movido por las ganas de acurrucarme en el suelo y descansar por el resto de la noche. La cabeza me da vueltas, no aguanto ni un paso más.

Tus ojos son tristes aunque te los maquilles, muñeca. Por más que te esfuerces en aparentar ser una Barbie más, no lo conseguirás. Tú nunca fuiste así, ¿por qué ese esfuerzo doloroso por integrarse en un mundo que no es el tuyo?
Crees haberte equivocado de vida, crees que no están hechos para ti estos desfases, estos horarios, estos tacones… Obligadas por una sociedad a ser meros maniquís clones unos de otros. Pero tú siempre fuiste diferente, princesa.
Nadie obliga a ser simpático siempre.
No eres más por tener más amigos.
No te lo pasas mejor por estar con más gente.
No cuanto más tarde la noche es más divertida.

Creo que me equivoqué de vida.


sábado, 5 de enero de 2013

A veces es demasiado


Y de entre todo aquello que se me podía haber dado bien fue esto lo que se impuso. Sentir. Y hacerlo tan desgarradoramente intenso que cada palabra es una losa o unas alas. Con cada caricia me puedes encarcelar o hacer volar. Cada lágrima tiene detrás mucho más de lo que parece… meses enteros sin apenas dormir, ojeras malvas día tras día, miradas que lo dicen todo pero que nadie parece ver…
Y fue mi culpa meterme en esto, en este círculo que hace que la cabeza dé mil vueltas por segundo, que desordenados enredones aparezcan en mi pelo de tanto girar y girar en la cama, intentado conciliar ese sueño tan anhelado como lejano. Y sí, fue mi culpa convertirme en lo que soy ahora, en este torrente de sentimientos encontrados, pero a pesar de ello no quiero dejarlo atrás. Porque parecerá que por mi mente solo corren furiosas lágrimas amargas. Pero a veces, no duermo por lo feliz que me hiciste, por palabras que salieron de tus labios que hacen que mis pestañas no quieran cerrarse, por miedo a despertar y que todo haya sido un sueño.