Ampollas y rozaduras adornan mis pies y el cuerpo se me
bambolea como movido por las ganas de acurrucarme en el suelo y descansar por
el resto de la noche. La cabeza me da vueltas, no aguanto ni un paso más.
Tus ojos son tristes aunque te los maquilles, muñeca. Por
más que te esfuerces en aparentar ser una Barbie más, no lo conseguirás. Tú
nunca fuiste así, ¿por qué ese esfuerzo doloroso por integrarse en un mundo que
no es el tuyo?
Crees haberte equivocado de vida, crees que no están hechos
para ti estos desfases, estos horarios, estos tacones… Obligadas por una
sociedad a ser meros maniquís clones unos de otros. Pero tú siempre fuiste
diferente, princesa.
Nadie obliga a ser simpático siempre.
No eres más por tener más amigos.
No te lo pasas mejor por estar con más gente.
No cuanto más tarde la noche es más divertida.
Creo que me equivoqué de vida.