martes, 20 de septiembre de 2011

La 3


Primero de la ESO, tenía 12 años, una edad algo más ajustada a lo que por aquel entonces sentía. Nos volvimos a ver y yo no pude con eso, caí en el hoyo más oscuro en el que he caído jamás. Caí enamorada, perdidamente enamorada. Pero él, orgulloso, nunca me hizo caso, dejó que consumiera sola, que me doliese tanto como a él le había dolido. Me dio de mi propia medicina, y no le culpo, pues yo también le hice daño a él, pero después de tanto tiempo juntos, algo de compasión podía haber sentido.
Permanecí siete meses sufriendo, llorando, desahogándome con amigas, luchando por aguantar. Sin perder ni un solo día de esos angustiosos meses la esperanza. Tonta de mí. Lo único que me queda de aquello es que por aquellos días, para no perderme entre la negrura, comencé a escribir.
Llegó Junio, y con él, una sorpresa enorme. Comenzamos a hablar de nuevo, a ser amigos. A perdernos el uno en el otro. Con trece años los dos, me invitó a ir a su casa aquella tarde del incipiente verano. Estaba tan nerviosa, temblaba estando de pie. Me duché, me lavé, me vestí, dije que salía con mis amigas y me fui de casa. Prácticamente corriendo, aunque yo no me enteraba. Llegué diez minutos antes y como no sabía qué hacer pensé en tranquilizarme, en pasear por la hierba un rato, en sentarme si no podía más. Pasó el tiempo y me relajé, llamé a su timbre cuando estuve lista, me abrió, me miró con aquella sonrisa suya y no dijo nada. Hablamos un rato y me enseñó su habitación, cuando mi quise dar cuenta me había acercado a la pared, lo tenía delante de mí. Mirándome con esos ojos, que me descolocaban, que me volvían loca, que me habían echo sufrir tantísimo, que me habían descubierto lo que era amar. Que me habían echo ser alguien, que me habían echo llorar y reír, consolar y herir.
Me besó, y por fin, todo lo que había soñado, se hizo realidad, mis anhelos, mis noches sin dormir, todo estaba ahí. Delante de mí, no me lo podía creer. Me estaba besando. ¡Y cómo besaba!, nunca antes nadie supo tan bien, nunca antes nadie me había echo sentir aquello. Ahora, que he crecido y he aprendido, me he dado cuenta de que si fue así, era porque era de verdad, amor, él era mi amor, porque estaba enamorada de él. Todo fue perfecto, y nunca olvidaré aquellos momentos. Pero la tarde pasó rápido y todo quedó ahí. Ninguno de los dos pensamos en volver a quedar. ¿De verdad era eso lo que queríamos? No estaba segura de nada, nunca lo estuve en nada cuando se trataba de él.
Y ciertamente nada cambió, él no estaba con nadie, y yo tampoco. Pero él se olvidó de mi a los meses y volvió a tener chicas, yo seguí sola, y horriblemente enamorada. Tanto, que llegué a odiarle, me hacía daño con cada uno de sus comentarios sobre otras. Hubo un momento en el que comenzó a llevarse mal conmigo, a decir cosas en mi presencia para que el dolor fuese más agudo. No sé cómo pudo cambiar tanto. Sí sé quién le transformó, pero yo no podía hacer nada para impedirlo. Y como me hubiese gustado que volviese el de antes, mi niño, mi chico de sexto. El tímido, el que me quería tanto. ¿Dónde estabas? ¿Me lo puedes decir? ¿Dónde coño estabas?.
Y esto es lo que pasó, hasta que un día, me olvidé. O eso pensaba yo.



3 comentarios:

  1. Siento que sea tan larga! Pero es que es muy importante(: Gracias!

    ResponderEliminar
  2. Si ha sido largo yo no me he enterado...
    Que te voy a decir, esas cosas no se pueden olvidar, y aunque pudiésemos, no querríamos hacerlo.
    ¿Una condena? Tal vez, pero una condena bella y dulce a la par que dura...
    Pero el corazón es como..una casa, puedes cambiar los muebles una y otra vez, incluso derribar tabiques...pero seguirá albergando las mismas personas...y los mismo secretos.
    No es del todo así, pero yo creo que sí se aproxima...¿no?

    Cada uno tiene su estilo...^^

    Un saludo!

    ResponderEliminar
  3. Dicen que el primer amor es así no? aunque me hubiese gustado que siga siendo como siempre lo fue no? pero las personas cambian tanto, que asusta el cambio, las cosas que hacen para hacernos sentir mal, pero dentro de todo, sabrás que lo que viviste fue verdadero.
    Me gustó.
    Un beso grande!

    ResponderEliminar