miércoles, 17 de agosto de 2011



Ayer, en una fiesta, descubrí que todo es más bonito cuando es inesperado. Estaba tan convencida de que aquel chico mono de 17 años no me haría ni caso que yo, ni siquiera le miraba.
No fue hasta después de unos cuantos cruces de miradas cuando me di cuenta. Y en ese momento, sentí que quizás había algo.
Fue tan simple que resultó sexy. Muy sexy, atractivo. Y era mayor, mucho mayor que yo. Fue tan sencillo todo. Disfrute, porque no estaba pensando en cómo debía hacer para pasármelo bien. Resultó inesperado y eso fue lo mejor de sus besos, que no iban con segundas. Que si sucedía más, sucedía. Y si no, no pasaba nada. Sin complicaciones.
Me metí a la cama con buen sabor de boca, todo había sido perfecto. Hacía mucho que no me sentía así de niña. La verdad, ha merecido la pena eso de romper mi promesa personal de dejar los líos de una noche. Este, por primera vez en mi vida. Me ha llenado. Y ahora por fin, me siento a gusto conmigo misma.

5 comentarios:

  1. Supongo que siempre hay que saber cuándo es el momento ideal para un lío de una noche, y tú lo elegiste bien :)

    http://imaginaydesea.blogspot.com

    ResponderEliminar
  2. Hola hola! Pues me alegro de que hayas encontrado mi blog, porque así me has dejado a mi meterme en el tuyo. Me encanta el rollito indie que tienes enserio, aunque quizá mu blog no lo plasme demasiado a mi también me encanta. Y esta última entrada que decirte mujer, que hay veces en las que esos lios de una noche tienen más pasión interes y sensualidad que cualquier otro beso :) Muy buen blog! te sigo yo también

    ResponderEliminar
  3. Es interesante, ¿verdad?
    Supongo que depende de muchas cosas, yo jamás me liare con ninguna mujer por liarme, pero vaya,no es por ninguna promesa ni nada parecido jeje.

    ¡Ya es hora de que escribas una nueva entrada! Nos tienes hambrientos.

    Un beso.

    ResponderEliminar