
Quisiera poder decirle al mundo que pare, que sin quererlo está haciendo daño.
Que está destrozando y malgastando mucha fuerza.
Que la vida de algunas personas, por su causa, está siendo destrozada sin compasión.
Quisiera decirle que ella no tiene toda la culpa, que muchos somos conscientes de que debemos ayudarla a mejorar lo que solo se destroza, pero cómo hablarle a la Madre.
Cómo decirle que cada día que pasa, un agonizante grito más se reúne con sus iguales.
Cómo explicarle que no debe revolverse más contra sus inquietudes.
Cómo contarle que a cada momento que acaba, nos damos cuenta de que se nos escapa de las manos, de que cuando parece que nuestra vida está firmemente soldada, en un abrir y cerrar de ojos el cielo ruge, la tierra tiembla, el mar se enfurece y todo se desvanece.
La Tierra es tan dueña de su propio destino, y nosotros somos tan efímeros en este mundo…
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